Eran las 18:15h de la tarde del 29 de Junio cuando llegábamos al hotel Sol Vielha, por fin había llegado el día. Un año entero entrenando para lograr el reto. Nada más llegar cola en el hall del hotel para registrarnos. Ya se notaba ambiente de carrera, bicis por todos los lados y corredores de los que dan miedo . En la misma cola coincidimos con los integrantes del Prat Bike, más conocidos como los ratas. Ellos son cuatro más tres compañeros que hacen la ruta por su cuenta.
Una vez instalados nos dirigimos a la emblemática tienda de “Pedales del mundo”, donde recogemos el dorsal, macuto con regalos etc… A las 20:00h empieza el “briefing” en el cine de Vileha. Nos hacen una presentación en forma de video y repasamos el libro de ruta con los puntos más problemáticos. Unos últimos consejos y volvemos al hotel para la cena. Plato de pasta, últimos preparativos de la bici y a dormir.
Son las 4:10h de la mañana cuando suena el despertador, no hemos dormido mucho por los nervios. Bajo a desayunar ya que David se encuentra indispuesto, última revisión y nos dirigimos a la salida. De camino nos encontramos con los ratas que nos dan unos útiles consejos, una foto y a la salida.
5:00h la salida es puntual, nos situamos en buena posición y atravesamos Vielha. Seguimos circulando por pistas hasta llegar a los Túneles de Vielha. Yo sigo la táctica esperada, ir reservando fuerzas desde el principio. David va como una moto y lo pierdo de vista en seguida. La gente va muy fuerte y en el tramo de carretera me adelantan muchos corredores, tengo que engancharme a un grupo para no quedarme atrás. Esto me hace dudar de si realmente estoy preparado para este gran reto. Cogemos una pista paralela a la Embassada de Senet dirección a Vialler, atravesamos varios riachuelos que hacen que tengamos que mojarnos los pies. Afortunadamente la temperatura es muy suave, unos 18ºC. Empiezan los problemas, a las primeras de cambio pierdo el “Roadbook” y tengo que guiarme con el gps. La falta de experiencia con el gps me juega una mala pasada, así que tengo que rodar siempre esperando a gente para no perderme. Unas cuantas subidas y bajadas y llegamos a Vialler al primer avituallamiento, me paro porque voy siguiendo a un biker que conoce el recorrido.
Empezamos a subir el Coll de Serreres por pista, las sensaciones no son buenas, pero sigo subiendo. Una vez arriba seguimos por un sendero con fuertes pendientes de piedra en los que hay que bajarse a menudo. Me encuentro a un chaval al que se le ha roto la cadena, le doy un pasador para que la repare y continuo mi camino. Enseguida nos encontramos el siguiente Coll de Sant Salvador donde nos hacen una foto y está el segundo avitallamiento. Allí me quito los manguitos y despejo el manillar del foco, batería y porta-mapas. En el libro de firmas veo que David ha pasado solo 5 minutos antes que yo.
La siguiente subida es de las más duras de todo el recorrido, 9 km de fuerte subida con terreno suelto, llamado el Coll de Peranera. Empiezo a encontrarme bien y subo a buen ritmo. Arriba me encuentro a David que ha pagado el sobre-esfuerzo hecho en Vielha. Ya no nos separaríamos hasta el final del recorrido. Rodamos por un tramo de constantes subidas y bajadas, donde encontramos a otro de los ratas que ha venido por su cuenta. David va un poco justo pero aguanta como un jabato. Un largo tramo de bajada por carretera nos lleva a Les Esglesies donde hay otro avituallamiento, aprovecho para lubricar la cadena. A pesar de las pajaras vemos que llevamos un ritmo bastante bueno. Nos espera el tramo con más desnivel de todo el recorrido el Coll de l´Olí, una subida de 4km con terreno muy suelto. Cuando creemos que estamos arriba del todo, nos encontramos que tenemos que subir un tramo en roca viva. Entre el resto de la subida y la bajada perdemos casi una hora andando. Por suerte abajo nos encontramos una fantástica cascada de agua con riachuelo donde nos refrescamos. Cogemos carretera y manta atravesando varios pueblos hasta la Torre de Cabdella donde nos espera el famoso plato de macarrones. Nos sorprendemos de encontrarnos a un Biker al que habíamos dejado atrás y no nos había adelantado… parece que había algún tramposo.
Sin duda El Coll del Triador es la subida más dura que he hecho en mi vida, 12 km de fuertes pendientes que parecían que no acababan nunca. Empiezo a buen ritmo dejando a David atrás, pero a la mitad de la subida, él aumenta el ritmo y me quedo yo atrás. Subo un poco el ritmo para alcanzarlo y empiezan a producírseme rampas, afortunadamente con una pequeña parada y un gel se soluciona el problema. Ya arriba nos espera un bocata y una coca-cola con una enorme ventolera. Nos quedaban 17 km de subidas y bajadas constantes hasta el Coll de Portella Blanca, el punto más alto del recorrido 2.269 metros. De ahí hasta Espot el camino eran las propias pistas de esquí, donde perdí la señal del gps y no ví a David que se volvió a escapar.
En Espot nos esperaba un avituallamiento y la posibilidad de pasar de categoría Oro a Plata, pero seguimos adelante, ahora en compañía de Joaquim uno de los ratas con el que terminaríamos esta aventura. No me llego a pasar por la cabeza el abandonar en Espot, pero la primera subida en dirección Son del Pí se me hizo muy dura. Ya habíamos hecho lo más duro y todavía nos quedaban 70 km, no podía coger mi ritmo. Nos unimos a un grupo de Corberà que se conocía muy bien el recorrido e hicimos bastantes tramos juntos. Joaquim y David vieron que iba muy justo y decidieron que yo fuera primero para no quedarme atrás. Para la sorpresa de todos, el terreno cambio, un sendero con constantes subidas y bajadas técnicas me arreglo el día. Empecé a pedalear con fuerza y ese tramo se me hizo cortísimo, de ahí hasta el final del recorrido no volví a sentirme débil. Volvimos a coger la carretera, esta vez a buen ritmo los tres, hasta Alòs d’ Isil donde estaba el penúltimo avituallamiento, parada corta, con descanso activo encima de la bici. Nos esperaba el tramo de recorrido con las vistas más bonitas a través de la Vall d’Arán flanqueados por vacas y ríos. Me sentía pletórico sabiendo que ya no habían subidas duras y que nos quedaba poco para Montgarrí. Todo no podía ser tan bonito y el gps se me queda sin batería. Lo que cambian las cosas, en ese tramo David empieza a quedarse un poco atrás, parece que nunca coincidimos cuando yo estoy fuerte él débil y viceversa.
Se nos hacia de noche y parecía que nunca íbamos a llegar a Montgarrí, un precioso pueblo con restaurante, iglesia y refugio, quien lo iba a decir en medio de las montañas. Nos ponemos los corta-vientos y los focos para afrontar la ultima subida de 5 km al Pla de Beret. Para colmo se me estropea el foco en el momento más importante. Es noche cerrada y en un valle más todavía, no se ve nada de nada y la niebla empeora las condiciones de visibilidad. Una vez en el Pla de Beret, la oscuridad es tan profunda que no somos capazes de encauzar la carretera de Vielha. Parece mentira, pero nos esperaba el tramo más complicado de toda la ruta. Una bajada de 20km por carretera sin luz, con un frio terrible y con algo de lluvia en el tramo final. Bajé a 30km/h sin luz por una carretera de curvas flanqueado por mis compañeros que si que llevaban una débil luz. Las manos se empiezan a agarrotar y tiritones, cuando parece que estamos llegando a Vielha una señal nos da un bofetón: Quedan 12km todavía para Vielha, estamos todavía en Baqueira. Por fín a las 23:35h de la noche entramos en la ansiada Meta. Allí nos esperabá el responsable de Pedals de Foc que nos daba la enhorabuena y nos entregaba el ansiado Maillot.
Distancia: 220 km
Tiempo: 18h 35min
Vel. Med.: 11 km/h
Vel. Máx.: 58,93 km/h
Desnível: 6.200 m
Ha sido una experiencia inolvidable, pensaba que después de esto se me iban a quitar las ganas de bici por una temporada. Pero ha sido al contrario, el año que viene más.
Cristobal Extremera.